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Galmés gobernará con Vox para «desatascar Mallorca» y «recuperar la libertad y bienestar perdidos»

Para el nuevo presidente del PP los mallorquines quieren "un futuro mejor, sin confrontación ni crispación"

Vox entra en el Consell de Mallorca con una vicepresidencia y una Conselleria

El PP gobernará en coalición con Vox en los Consells Insulares de Mallorca y Menorca

Galmés Mallorca
El nuevo presidente del Consell de Mallorca, Llorenç Galmés (PP), en su discurso de investidura, hoy, en Palma.
Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor OKDIARIO en Baleares, información local de Palma, social y política en general. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

El nuevo presidente del Consell de Mallorca, Llorenç Galmés (PP), que este sábado ha tomado posesión del cargo en la sesión de constitución de la nueva corporación insular y que gobernará en coalición con Vox, se ha marcado en su discurso de investidura como reto dar respuesta a los problemas de movilidad que padece la Isla -«desatascar Mallorca», ha afirmado- y «recuperar la libertad y bienestar perdidos estos ocho años», de gobiernos de coalición de socialistas, independentistas de Més y Podemos.

En la tarde más calurosa del verano, Galmés ha sido nombrado presidente con los votos a favor de los 13 consellers de su formación y los cinco de Vox, formación liderada por Pedro Bestard y cuyos representantes han jurado el cargo por España.

El partido de Santiago Abascal gestionará la vicepresidencia segunda de Medio Ambiente, Medio Rural y Deportes, así como la Conselleria de Promoción Económica y Desarrollo Local. Un gobierno de coalición con una cómoda mayoría absoluta (18 de 33) que da estabilidad, desde el primer momento, al nuevo ejecutivo insular.

En su intervención, Galmés recordó que las mujeres y los hombres de esta tierra enviaron un mensaje contundente, donde pedían un cambio para avanzar hacia un «futuro mejor, más próspero, un futuro de derechos y libertades, sin confrontación y sin crispación y es nuestra responsabilidad responder a su confianza, le pese a quien le pese».

Por ello, ha puesto el acento en la necesidad de materializar un cambio en las políticas, pero también en las formas de llevarlas acabo, «más amable, eficiente y transparente, dejando de lado el intervencionismo y, sobre todo, con mayor libertad».

Con el fin de «hacer de Mallorca el mejor sitio para vivir», Galmés cree que ha llegado la hora «de pasar de los eslóganes, de la propaganda vacía, a la gestión, y de las promesas, a los hechos». Entre otras cuestiones, el nuevo presidente insular ha destacado la creación de una dirección insular de Familia para promocionar la igualdad social e impulsar políticas de conciliación, garantizando la asistencia y apoyo frente a la violencia contra las mujeres.

Otro de los puntos claves de ese acuerdo de gobierno pasa por reforzar el Servicio de Atención Integral a domicilio para las personas con dependencia en toda Mallorca, «que permita envejecer a nuestros mayores en su casa, si esto es lo que quieren», pero a su vez ha puesto el acento en la necesidad de incrementar las plazas de residencias y de centros de día para reducir las listas de espera, que ahora mismo, superan las 1.800 personas.

En materia de movilidad, ha apostado por impulsar un modelo viario sostenible para garantizar un tráfico seguro y fluido («queremos desatascar Mallorca») con medidas como eliminar el carril BUS-VAO de entrada a Palma, «que tantos atascos ha provocado desde su puesta en funcionamiento», y acabar con la limitación de los 80 km/h en la Vía de Cintura. En este ámbito también ha fijado su compromiso en mejorar los accesos a Palma, más zonas de estacionamiento en la capital y en la Part Forana, terminar el Segundo Cinturón y reclamar los 230 millones de euros del convenio de carreteras que la izquierda perdió la pasada legislatura.

Consciente de la importancia del turismo en Mallorca, Galmés marca distancias con su predecesora socialista en el cargo, Catalina Cladera, y ha dejado claro que su gobierno dejará de demonizar «un sector esencial para nuestra tierra, generador de riqueza y bienestar», apostando para ello por «un turismo que sea sostenible medioambiental, social y económicamente».

«No podemos crecer ilimitadamente, el éxito turístico debe gestionarse para garantizar el bienestar de los ciudadanos. Pero por eso ya existían unos límites que estaban establecidos en la Ley turística de 2012». Por ello, ya ha avanzado que recuperará la bolsa de plazas turísticas que la izquierda eliminó antes de terminar la legislatura, porque daba seguridad jurídica y garantizaba la libre competencia.

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